Hoy entendí que, en
las situaciones difíciles que se van presentando a lo largo de nuestras vidas, Dios
siempre esta presente, nunca nos abandona y que estas circunstancias que
vivimos no las envía él a nosotros. Sino que al estar nosotros alejados del
Padre somos vulnerables y él no quiere entrar directamente en nuestros
corazones cerrados y ciegos que no lo reconocen, por el mismo amor que él nos
tiene, respetando nuestra decisión de alejarnos. Pero siempre está esperando
nuestro regreso para recibirnos y, son estos
momentos en los que nos damos cuenta de que nos distanciamos y rompemos los
prejuicios, estructuras y todos esos obstáculos que cierran nuestros corazones,
Permitiendo así que tengamos la permeabilidad necesaria para formar un solo
corazón entre la trinidad y el nuestro. Son estas situaciones las que nos hacen
volver al camino junto al Padre, del cual nos habíamos alejado.
No busquemos
entender racionalmente a Dios, porque la misma razón nos va cerrando, nos crea
ilusiones que después nos cuesta eliminar. Dejemos que el espíritu de Dios
descienda sobre nuestros corazones y nos guíe por el camino que debemos tomar,
la forma en la que tenemos que obrar, que nos enseñe a amar y nos llene de su
paz por siempre. Sólo con Dios podremos crecer personalmente y espiritualmente,
en el mismo instante en que le damos lugar a él en nuestros corazones y
aceptamos que solos no podemos caminar debido a nuestras limitaciones y
debilidades.
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