domingo, 29 de diciembre de 2013

En la cuerda floja

Muchas veces me experimento en la cuerda floja, y este sentir no es un sentimiento pesimista ni negativo, es experimentarse despojado de todas esas máscaras y seguridades que nos vamos poniendo o que nos imponen. Es aceptarse que uno no es dueño de la vida, sino más bien es un pasajero que toma ese tren. Es sentir que uno no pregunta, sino que responde a la vida.

Verse en esa cuerda, con un abismo debajo, confiando plenamente en que uno no se caerá, en que se podrá avanzar e ir llegando a las siguientes estaciones. No tenemos el control de la vida, no podemos exigirle nada, creerse que uno tiene poder es más que una ilusión, es algo que dura un instante, al siguiente instante puede presentarse una situación que este fuera de control. Lo único que podemos tener el control es sobre el televisor, la computadora, la radio, etc.

Esto de alejarnos de la esencia de la vida, es lo que provoca en nosotros ese vacío existencial, que buscamos llenarlo con placeres ciegos que nos apaciguan ese dolor, pero la efímeridad regresa con el amanecer, y cada vez la llama de la luz en nosotros se va apagando, se va quedando sin aceite para mantenerse encendida. Es parte de nuestra propia humanidad estar en la cuerda frágil, pero es necesario buscar la grandeza de la humildad, que tanto cuesta, pero pensando en ser menores que los demás, nos lleva al encuentro, con el verdadero amor.


Ezequiel Joaquín Portela Bongiovanni


jueves, 19 de diciembre de 2013

Hoy puedo decir

Hoy puedo decir que el mayor tesoro que tenemos es la vida, sin embargo nos pasamos dando vueltas en una ciudad, persiguiendo sueños de dinero, egoísmo, comodidad, bienestar, etc. Pero que en realidad lo único que se nos pasa es la vida.

Hoy puedo decir que entendí que las personas no cambian, sino que se van acercando o alejando de su esencia, entre la trascendencia y la transitoriedad de las cosas.

Hoy puedo decir que siempre nos quedamos con cosas que decir, nos callamos y comenzamos a expresarnos y comunicarnos de otra forma, donde el lenguaje no es por medio de palabras, ya que no alcanzan las palabras para poder expresarse completamente.

Hoy puedo decir que vi la pobreza en carne viva, en ver los rostros de las personas que viven en la calle, aquellas víctimas de un sistema cruel y perverso que destruye sus vidas, pero se percibe en ellos que no se rinden.

Hoy puedo decir que sé que es el odio, ese sentimiento más perverso y oscuro que consume poco a poco el alma, hasta que se pierde la conciencia y el amor.

Hoy me di cuenta que los mejores maestros son los niños, que nos enseñan lo que de verdad importa con sus corazones puros e inocentes.

Hoy puedo decir que se lo que es la esperanza, de ver una sonrisa en el marginado, en vivir del último aliento, con las últimas fuerzas, apostando en un mañana mejor.

Hoy puedo decir que lo más importante de la vida es el Amor que permite que uno pueda amar y se dejarse amar, tristemente hoy el amor está siendo manipulado, lo han convertido en algo muy efímero, en algo controlable.

Hoy puedo decir que no es el final, es sólo el principio.

Ezequiel Joaquín Portela Bongiovanni


lunes, 9 de septiembre de 2013

Oración por la Paz

Cuando el hombre piensa sólo en sí mismo, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja fascinar por los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento. Eso es exactamente lo que quiere hacernos comprender el pasaje del Génesis en el que se narra el pecado del ser humano: El hombre entra en conflicto consigo mismo, se da cuenta de que está desnudo y se esconde porque tiene miedo (Gn 3,10), tiene miedo de la mirada de Dios; acusa a la mujer, que es carne de su carne (v. 12); rompe la armonía con la creación, llega incluso a levantar la mano contra el hermano para matarlo. ¿Podemos decir que de la “armonía” se pasa a la “desarmonía”? ¿Podemos decir eso: que de la armonía se pasa a la “desarmonía”? No, no existe la “desarmonía”: o hay armonía o se cae en el caos, donde hay violencia, rivalidad, enfrentamiento, miedo…

Y en estas circunstancias, me pregunto: ¿Es posible seguir el camino de la paz? ¿Podemos salir de esta espiral de dolor y de muerte? ¿Podemos aprender de nuevo a caminar por las sendas de la paz? Invocando la ayuda de Dios, bajo la mirada materna de la Salus populi romani, Reina de la paz, quiero responder: Sí, es posible para todos. Esta noche me gustaría que desde todas las partes de la tierra gritásemos: Sí, es posible para todos. Más aún, quisiera que cada uno de nosotros, desde el más pequeño hasta el más grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las naciones, dijese: Sí, queremos. Mi fe cristiana me lleva a mirar a la Cruz. ¡Cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte. En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz. Quisiera pedir al Señor, esta noche, que nosotros cristianos y los hermanos de las otras religiones, todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritasen con fuerza: ¡La violencia y la guerra nunca son el camino para la paz! Que cada uno mire dentro de su propia conciencia y escuche la palabra que dice: Sal de tus intereses que atrofian tu corazón, supera la indiferencia hacia el otro que hace insensible tu corazón, vence tus razones de muerte y ábrete al diálogo, a la reconciliación; mira el dolor de tu hermano —pienso en los niños, solamente en ellos…—, mira el dolor de tu hermano, y no añadas más dolor, detén tu mano, reconstruye la armonía que se ha roto; y esto no con la confrontación, sino con el encuentro. ¡Que se acabe el sonido de las armas! La guerra significa siempre el fracaso de la paz, es siempre una derrota para la humanidad. Resuenen una vez más las palabras de Pablo VI: «Nunca más los unos contra los otros; jamás, nunca más… ¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra!». 
«La Paz se afianza solamente con la paz; la paz no separada de los deberes de la justicia, sino alimentada por el propio sacrificio, por la clemencia, por la misericordia, por la caridad». Hermanos y hermanas, perdón, diálogo, reconciliación son las palabras de la paz: en la amada nación siria, en Oriente Medio, en todo el mundo. Recemos esta noche por la reconciliación y por la paz, contribuyamos a la reconciliación y a la paz, y convirtámonos todos, en cualquier lugar donde nos encontremos, en hombres y mujeres de reconciliación y de paz. Así sea.



¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.

¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.

Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.



lunes, 26 de agosto de 2013

Pasos para una buena confesión

La Iglesia nos propone cinco pasos a seguir para hacer una buena confesión y aprovechar así al máximo las gracias de este maravilloso sacramento.

Estos pasos expresan simplemente un camino hacia la conversión, que va desde el análisis de nuestros actos, hasta la acción que demuestra el cambio que se ha realizado en nosotros.

1. Examen de Conciencia: Ponernos ante Dios que nos ama y quiere ayudarnos. Analizar nuestra vida y abrir nuestro corazón sin engaños. Puedes ayudarte de una guía para hacerlo bien.

2. Arrepentimiento: Sentir un dolor verdadero de haber pecado porque hemos lastimado al que más nos quiere: Dios.

3. Propósito de no volver a pecar: Si verdaderamente amo, no puedo seguir lastimando al amado. De nada sirve confesarnos si no queremos mejorar. Podemos caer de nuevo por debilidad, pero lo importante es la lucha, no la caída.

4. Decir los pecados al confesor: El Sacerdote es un instrumento de Dios. Hagamos a un lado la “vergüenza” o el “orgullo” y abramos nuestra alma, seguros de que es Dios quien nos escucha.

5. Recibir la absolución y cumplir la penitencia: Es el momento más hermoso, pues recibimos el perdón de Dios. La penitencia es un acto sencillo que representa nuestra reparación por la falta que cometimos.

jueves, 22 de agosto de 2013

Jesús, el buen pastor

Salmos 23:1-6 
(1)   El Señor es mi pastor: nada me falta;"
(2)   en verdes pastos él me hace reposar.
       A las aguas de descanso me conduce,
(3)   y reconforta mi alma.
       Por el camino del bueno me dirige,
       por amor de su nombre.
(4)  Aunque pase por quebradas oscuras,
       no temo ningún mal,
       porque tú estás conmigo
       con tu vara y tu bastón,
       y al verlas voy sin miedo.
(5)  La mesa has preparado para mí
       frente a mis adversarios,
       con aceites perfumas mi cabeza
       y rellenas mi copa.
(6)  Irán conmigo la dicha y tu favor
       mientras dure mi vida,
       mi mansión será la casa del Señora
       por largos, largos días.

El testimonio tripartito, nada me faltará (1), no temeré mal alguno (4) y moraré (6) encuadra al Salmo, dividiéndolo en tres partes: La oveja y el Pastor (1–3), el viajero y su compañero (4) y el invitado y el anfitrión (5, 6), enseñando respectivamente la providencia de Dios, asignando las experiencias de la vida, su protección en el camino de la vida y su provisión ahora y siempre.

1–3 Estos versículos enfocan una experiencia de abundancia (prados de tiernos pastos), paz (aguas, lit. “de todo tipo de descanso”) y renovación (confortará mi alma, ver 19:7). El principio detrás de nuestras experiencias es que él escoge sendas de justicia para nosotros, sendas que “él aprueba”, tienen sentido para él. En esto actúa por amor de su nombre, de acuerdo con su carácter revelado.

4 En contraste con las alegres experiencias de las ovejas (1–3), el sendero del peregrino pasa por terrenos más ásperos. Sombra de muerte es realmente “oscuridad más profunda” que incluye, por supuesto, la oscuridad de la muerte. Pero en estas experiencias el pronombre “él” de los vv. 1–3 se convierte en tú, significando un toque personal más cercano, y el líder (2) se coloca a su lado (conmigo). ¡Cuanto más oscura la sombra, más cerca está el Señor! Y aporta toda fuerza, vara y cayado. La duplicación denota algo completo.Vara (Lev. 27:32) posiblemente signifique protección; cayado posiblemente apoyo (Exo. 21:19).

5, 6 Mesa… en presencia de mis adversarios, cf. 2 Sam. 17:27–29, cuando David pudo haber discernido la mano de Dios en el cuidado que Barzilai le brindara ante el conflicto con Absalón. Al referirse tanto a circunstancias hostiles (4) como a gente hostil (5) el Salmo afirma el cuidado en cada emergencia. La cabeza ungida expresa el beneplácito del Señor, la copa que rebosa su abundante provisión. Pero este bien y misericordia seguirá mientras dure la vida (lit. “el largo de los días”) y más allá se encuentra la casa del Señor … por días sin fin. Moraré es un ajuste tradicional del texto heb. y puede ser correcto, pero lit. “Regresaré a la casa”, o sea, cuando las sendas (2, 3), prados y amenazas (5) hayan pasado, sucede el auténtico regreso a casa.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico: Siglo XXI


Jesús, soy tu siervo, soy tu oveja. Tú eres mi pastor. Guíame Señor.

sábado, 17 de agosto de 2013

Lo demás añadido será

Cada mañana, al despertar, te ofrezco el nuevo día Padre Bueno,
y me entrego en tus manos con alegría y confianza sabiendo
y rezando desde adentro que lo importante es buscar
el Reino de Dios y su justicia; lo demás, lo darás por añadidura.
Ayúdame a vivir este día abierto a las necesidades de los demás,
haciéndome prójimo de aquellos que necesitan y que crucen mi camino.

Dame un corazón abierto, sensible a los dolores y a los sufrimientos.
Que me comprometa, decidido, en la práctica del amor y la justicia.
Que no sienta más seguridades que tu aliento y tu presencia
en el camino difícil del amor verdadero, aquel que construye vida y libertad
para quienes se les niega la libertad de hijos de Dios.

Dame hambre y sed de justicia nueva.
Quiero sumarme al trabajo por el Reino siguiendo tus opciones,
transmitiéndolas con la vida y el ejemplo cotidiano.
Que cada nuevo día sea un paso adelante en el camino al Reino.
No dejes que me atrape el individualismo descarnado que hoy es moda.
Que no se endurezca mi corazón con falsas justificaciones y prejuicios.
Que el consumismo y la indiferencia no ahoguen mis ganas
de servir a los demás en todo tiempo y en todo sitio.

Dame hambre y sed de tu Palabra liberadora,
la que sacude desde adentro y cambia la vida en gestos concretos.
Dame constancia y empuje para llevar adelante 
los proyectos y propuestas que me vayas presentando.
Dame Señor tu mirada para que pueda ver claro
por donde pasa el Evangelio en nuestro tiempo.

Te doy gracias, Señor, por este nuevo día.
Acompáñame en cada momento, ayúdame a crecer en el amor
y la entrega a los demás. Ilumina mis decisiones
Abre mi corazón y mis manos para que pueda transmitir
tu gran amor a través de gestos y actitudes
de servicio generoso a mis hermanos.

Amén


miércoles, 14 de agosto de 2013

Fe y Esperanza

La Fe es un don de Dios.  Es cierto.  La Fe es una virtud.  También es cierto.  La Fe es un acto de la voluntad.  Cierto también.  Pero la Fe es, además, de acuerdo a las Lecturas de hoy, una actitud muy inteligente, porque por medio de la Fe recibimos por adelantado lo que esperamos poseer.  ¿Que...  cómo es esto?

Nos dice San Pablo en la Segunda Lectura: “La fe es la forma de poseer, ya desde ahora, lo que se espera y de conocer las realidades que no se ven”  (Hb. 11, 1-2.8-19).    Y ¿qué es lo que esperamos?   Nada menos que el Reino de Dios.  Y eso tendremos... si creemos... y si actuamos de acuerdo a esa Fe.  Jesús mismo nos lo ha prometido al comienzo del Evangelio de hoy: “No temas, rebañito mío, porque mi Padre ha tenido a bien darte el Reino”  (Lc. 12, 32-48).


En las Lecturas de este domingo vemos, entonces, la conexión entre la Fe y la Esperanza.  Esperamos porque creemos, ya que lo que esperamos no lo vemos... al menos no claramente.  Por la Fe creemos, entonces, en lo que no se ve.  Creemos en lo que, sin comprobar, aceptamos como verdad.  Creemos, además, en lo que esperamos recibir en la Vida que nos espera después de esta vida, aunque no lo veamos y aunque no lo podamos comprobar.

Es decir, por la Fe podemos comenzar a gustar desde aquí lo que vamos a recibir Allá.  Podemos comenzar a recibir por adelantado lo que luego tendremos en forma perfecta.  Podemos comenzar a disfrutar en forma velada lo que se llama la “Visión Beatífica”, el ver a Dios “cara a cara” (1 Cor. 13, 12), “tal cual es” (1 Jn. 3, 2).    De allí que la Iglesia Católica se atreva a decirnos en el Nuevo Catecismo: “La Fe es, pues, ya el comienzo de la Vida Eterna” (CIC # 163).

“Ahora, sin embargo, caminamos en la Fe, sin ver todavía”  (2 Cor. 5, 7),  y conocemos a Dios “como en un espejo y en forma opaca, imperfecta, pero luego será cara a cara.  Ahora solamente conozco en parte, pero entonces le conoceré a Él como El me conoce a Mí”  (1 Cor. 13, 12-13).  (cf. CIC #164)


Hay que vivir en Fe, aunque por ahora no podamos ver claramente, sino en forma opaca, imperfecta.  A veces la Fe puede hacerse muy oscura.  Puede ser puesta a prueba.  Las circunstancias de nuestra vida pueden tornarse difíciles y entonces lo que creemos por Fe y lo que esperamos por Esperanza, podría opacarse, podría hasta esconderse.  Es el momento, entonces, de afianzar nuestra Fe. 

lunes, 12 de agosto de 2013

Esperar en ti


Esperar en ti
Difícil se que es
Mi mente dice no
No es posible.

Pero mi corazón
Confiado esta en ti
Tu siempre haz sido fiel
Me has sostenido.

Y esperare pacientemente
Aunque la duda me atormente
Yo no confío con la mente
Lo hago con el corazón.

Y esperare en la tormenta
Aunque tardare tu respuesta
Yo confiare en tu providencia
Tu siempre tienes el control.

viernes, 9 de agosto de 2013

Romper las barreras

Mateo 14:20-36
Todos comieron y se saciaron, y se recogieron los pedazos que sobraron: ¡doce canastos llenos! Los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Inmediatamente después Jesús obligó a sus discípulos a que se embarcaran; debían llegar antes que él a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Jesús, pues, despidió a la gente, y luego subió al cerro para orar a solas. Cayó la noche, y él seguía allí solo.
La barca en tanto estaba ya muy lejos de tierra, y las olas le pegaban duramente, pues soplaba el viento en contra. Antes del amanecer, Jesús vino hacia ellos caminando sobre el mar. Al verlo caminando sobre el mar, se asustaron y exclamaron: “¡Es un fantasma!” Y por el miedo se pusieron a gritar.
En seguida Jesús les dijo: “Animo, no teman, que soy yo”. Pedro contestó: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti caminando sobre el agua”. Jesús le dijo: "Ven”. Pedro bajó de la barca y empezó a caminar sobre las aguas en dirección a Jesús. Pero el viento seguía muy fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: "¡Señor, sálvame!". Al instante Jesús extendió la mano y lo agarró, diciendo: "Hombre de poca fe, ¿por qué has vacilado?".
Subieron a la barca y cesó el viento, y los que estaban en la barca se postraron ante él, diciendo: "¡Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios!".
Terminada la travesía, desembarcaron en Genesaret. Los hombres de aquel lugar reconocieron a Jesús y comunicaron la noticia por toda la región, así que le trajeron todos los enfermos. Le rogaban que los dejara tocar al menos el fleco de su manto, y todos los que lo tocaron quedaron totalmente sanos.      
Palabra del Señor

Se hace difícil muchas veces seguir a Jesús desde nuestras comodidades, desde esas falsas seguridades en que nos aferramos y que vamos instituyendo, que son todas las cosas efímeras en la que nos apoyamos, como el dinero, el poseer o tener objetos, situaciones en las que nos creemos más que los demás, en la profesión que nos crea un perfil o en el trabajo, entre otras. Todas estas cosas enumeradas anteriormente son necesarias para vivir actualmente en nuestra sociedad, pero los invito, a que podamos ampliar esos horizontes.

Para buscar la verdadera seguridad que viene de Dios, tenemos que seguir a Jesús que nos invita a salir de esa barca de falsas seguridades en la que nos encerramos, y dar el salto hacia el abismo de la inseguridad. En ese momento en el que nos decidimos a saltar, quitamos todas las cosas que creemos que llenan nuestra vida o, con las cuales nos sentimos seguros. Pasamos de ese estado a sentir un vacío en nosotros, una fragilidad propia del ser humano, que es esto mismo el motivo por el que nos aferramos a esas cosas, para no enfrentar esto. Como consecuencia de dar este salto, rompemos con todas las barreras que nos vamos creando y que involucran las pretensiones, inseguridades, miedos y la desconfianza, que muchas son producto de donde decidimos reclinar la cabeza, en lo propio de lo mundano o en Dios, en lo que nos ofrece él y en su proyecto.

No hay que desesperar a dar este paso, no es nada fácil, para lograrlo debemos tener una confianza plena en Jesús, o sino, el miedo, la inseguridad del vacío y la propia fragilidad va a llevarnos dentro de la barca otra vez. Pidamos a Dios una fe inquebrantable y la voluntad para poder salir de nuestra prisión, en la que cada uno se encuentra enjaulado.




miércoles, 7 de agosto de 2013

Vínculos

“Hermanos: Ésta es la libertad que nos ha dado Cristo. Manténganse firmes para no caer de nuevo bajo el yugo de la esclavitud. Ustedes, hermanos, han sido llamados para vivir en libertad, pero procuren que esta libertad no sea un pretexto para satisfacer los deseos carnales: háganse más bien servidores los unos de los otros, por medio del amor. Porque toda la Ley está resumida plenamente en este precepto: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Pero si ustedes se están mordiendo y devorando mutuamente, tengan cuidado porque terminarán destruyéndose los unos a los otros. Yo los exhorto a que se dejen conducir por el Espíritu de Dios, y así no serán arrastrados por los deseos de la carne. Porque la carne desea contra el espíritu y el espíritu contra la carne. Ambos luchan entre sí, y por eso, ustedes no pueden hacer todo el bien que quieren. Pero si están animados por el Espíritu, ya no están sometidos a la Ley”. (Gálatas 5, 1. 13-18)


La sociedad es un proyecto del mal, el mal cierra los corazones de las personas, en tal magnitud, que si uno quiere hacer el bien –el bien que este a su alcance, y no importa si es mucho o poco-, puede que ese obrar sea interpretado como una acción malintencionada. Sin embargo, puede ser el mal el que motive esta interpretación. Esto provoca mucha desunión, destrucción en los vínculos, en las familias y en las comunidades.

Sin los vínculos no hay una vida de oración ni de fe, es contradictorio orar por el prójimo y odiarlo, o ir a misa y no reconocer a la otra persona como  hermano, que él también fue pensado para formar parte del Reino de Dios. En la oración que Jesús mismo nos enseñó, reconocemos que el Padre es Nuestro, por lo tanto que las otras personas son nuestros hermanos/as.

Por eso, pidamos al Espíritu Santo que su santa gracia nos ayude a abrir el corazón, a reparar nuestros vínculos y salgamos al encuentro con nuestros hermanos/as. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

martes, 6 de agosto de 2013

¿Cómo orar a ejemplo de María ante la cruz y la soledad?

La oración es muchas veces estar, callar, contemplar, agradecer, sufrir y esperar. Hoy María nos da una gran lección. Se ofrece junto a su Hijo estando, callando, contemplando, sufriendo y esperando.

«Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa» (Jn 19,25-27)

Permanecer junto a la cruz uniendo el propio dolor al de Jesús

El dolor es presencia, ofrecimiento y escucha. Un idioma que pocos todavía hemos aprendido a “hablar”. Santuario íntimo donde se encuentran los que se aman. Sobran las palabras porque los dos se acogen con miradas, gestos y el mutuo ofrecimiento. Es la presencia del Amor de Dios. Es poseerse para dar lo más íntimo y profundo, el sufrimiento, lo único que sí nos pertenece. Es entregarse a pedacitos, arrancarse el corazón poco a poco para regalarlo a la persona Amada.

Nuestra oración en el dolor y el dolor convertido en oración debe ser también un presentarse, un hacerse don para Dios. Como estamos, como somos, con las pocas fuerzas que tengamos. Con nuestra fe debilitada, con nuestra esperanza puesta a prueba, con nuestro amor cansado por la intensidad y la distancia recorrida.


Vivir el silencio y la soledad en clave de esperanza

Al contemplar el corazón de María en relación con su Hijo se nos paralizan los pensamientos y el corazón late más fuerte. El corazón de María en la hora del dolor es más que nunca el corazón de Cristo. Y el corazón de Cristo es más que nunca el corazón de María.

Hay que hacer silencio, hay que apartar todo pensamiento y contemplar. Sí, contemplar por un lado al Padre, ofreciendo su Hijo al mundo, clavado en la cruz y por otro, a María ofreciéndose también junto a su Hijo, firme y fiel, junto a la cruz.

Dejar que la cruz haga el vacío en nuestro corazón para que sea llenado por Dios

En María encontramos un corazón vacío de sí misma, del pecado, listo para acoger a Dios. Un corazón que habla el lenguaje de Dios, el idioma del amor: ¡Dios es amor!

Ella no se resiste a la obra de la cruz, no pone condiciones, no cuestiona el proceder del Padre. Sabe que la cruz es el instrumento que socava el interior, que ayuda a hacer más hondo el propio vacío para que el Señor lo colme. La cruz duele cuando se rechaza y se reniega, pero es liviana cuando se agradece y se abraza como don de Dios. No podré llenarme de Él si estoy lleno de mí mismo, por eso necesito la cruz.

sábado, 3 de agosto de 2013

Tesoro de tu presencia

“El Reino de los Cielos es como un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre, lo vuelve a esconder; su alegría es tal, que va a vender todo lo que tiene y compra ese campo” (Mateo 13:44).

Ese tesoro es Jesús, una vez que lo descubrimos en nuestra vida, dentro de nuestro corazón, nos transforma, de tal forma que dejamos todo lo que estamos haciendo, dejamos aquellas preocupaciones, nos liberamos de la opresión de todas las cargas que llevamos, y salimos de nuestro encierro en nosotros mismos, para encontrarnos con el otro. Porque sin los vínculos no se puede sostener una vida de fe, no podemos decir que verdaderamente amamos, cuando amamos a Dios pero no a nuestros hermanos.

Y al salir de nosotros mismos y compartir con los demás este tesoro, aquellas riquezas que podíamos acumular en la tierra ya no nos parecen valiosas, porque nuestra mirada está en el reino de Dios y queremos acumular para él.


Cuando temo entrar en ese fondo oscuro de la tierra de mi corazón, me aseguras que en lo más profundo está escondido el tesoro de tu presencia y de tu inagotable misericordia.

jueves, 1 de agosto de 2013

Fe y Confianza en Dios


En este vídeo Jesús Adrian Romero nos habla sobre un testimonio de vida sobre la Fe y Confianza en Dios, sobre los momentos en que sentimos que Dios nos ha abandonado, pero ciertamente no es así. Es  precisamente en esos momentos que debemos confiar plenamente en Dios desde el corazón.


martes, 30 de julio de 2013

Confiar en Dios

En muchas situaciones se me hace difícil creer verdaderamente en mí mismo, en este mundo difícil en el que muchas veces dejamos que otras personas nos señalen y nos digan que no somos capaces, o nos marcan con etiquetas que nosotros mismos comenzamos a aceptar. Todos somos capaces de lograr algo, sea pequeño o grande es de igual importancia. Si la causa es para el bien y es la voluntad de Dios, nadie podrá impedirlo ni callarnos.


Algo que quiero regalarle a ustedes, es algo que nació en mi corazón un día, en el que después de mucho tiempo me propuse a volver a creer en mí mismo, en lo que soy, en el valor que cada uno tiene para Dios. Y fue lo siguiente lo que comenzó a despertarme: “Si yo confío en Jesús, y él habita en mí, yo también tengo que confiar en mí mismo”. Rezando sobre esto, otras palabras inundaron mi corazón, fueron buscándome y concluí que: “Dios cree en nosotros antes de que nosotros pudiésemos creer en él, en el momento de crearnos, él creyó en nosotros, creyó de que podemos amarlo a él y también amar a los demás como él nos amó, y nos ama. Nada de lo que tenemos es verdaderamente nuestro, si es un regalo de Dios que podemos amar, sólo nos queda entregarnos a él tal como somos”. Muchas veces queremos hacer sólo nuestra propia voluntad, sin buscar la voluntad del Padre, de lo que quiere de nosotros, que es perfecta y no alcanzan las palabras para expresar esta perfección, la perfección del Espíritu de Dios.

sábado, 27 de julio de 2013

El Amor no pasará jamás


EL AMOR ES PACIENTE
EL AMOR ES SERVICIAL
EL AMOR NO ES ENVIDIOSO
EL AMOR NO HACE ALARDE
EL AMOR NO SE ENVANECE
EL AMOR NO PROCEDE CON BAJEZA
EL AMOR NO BUSCA SU PROPIO INTERÉS
EL AMOR NO SE IRRITA
EL AMOR NO TIENE EN CUENTA EL MAL RECIBIDO
EL AMOR NO SE ALEGRA DE LA INJUSTICIA
EL AMOR SE REGOCIJA CON LA VERDAD
EL AMOR PERDURA A PESAR DE TODO
EL AMOR TODO LO DISCULPA
EL AMOR TODO LO CREE
EL AMOR TODO LO SUFRE
EL AMOR TODO LO ESPERA
EL AMOR TODO LO SOPORTA
EL AMOR NO PASARÁ JAMÁS

1 CORINTIOS 13


jueves, 11 de julio de 2013

Amor

Dios nos ha creado y se presenta en nuestras vidas con una propuesta, la de Amar, a Dios Padre y a nuestros hermanos. Dios ama a todas sus creaciones, desde el primer instante en que nos crea. Si la distancia se puede medir en kilómetros, el mar en lágrimas, entonces el amor se mide en fe, porque cuando amamos a nuestros semejantes, nos unimos a Dios, y hacemos que nazca el sentimiento de fe.
... Si amamos al que da la vida, amamos a quienes han nacido de él (1-Juan 5,1). Y el sentimiento de AMOR es equiparable al respeto, respeto al uno y al otro, a mis semejantes y a toda la creación. Se dice que el amor mueve montañas y a eso estamos llamados, a mover montañas, a derrumbar muros físicos y mentales. Esto es un dominó, anímate a ser la pieza que desencadene el gran escándalo de dar amor.

(co-escrito con Vicky)


viernes, 28 de junio de 2013

Ese joven llamado Jesús

Hace mucho tiempo atrás,
un día como hoy, en Belén,
nació nuestro redentor Jesús,
y al sentir su corazón,
se percibía el de Dios

Juan el Bautista lo precedió,
y al llegar el mesías,
con gran humildad se apartó,
y con el bautismo de agua,
en Jesús el fuego del Espíritu de Dios se manifestó

Te condenamos a muerte,
y por nosotros te entregaste,
bajo la cruz padeciste,
pero de esta forma,
la vida nos diste

Pero al final resucitaste,
y ahora ya no mueres más,
en cada misa te vuelves a entregar,
hasta que regreses como lo prometiste,
guárdanos Señor para la vida eterna


Jesús en vos confío


martes, 25 de junio de 2013

Jesús en vos confío

¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la vida?
Déjame al cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te abandones en Mí, todo se resolverá con tranquilidad según mis designios. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada como si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos.
Cierra los ojos del alma y dime con calma: JESÚS EN VOS CONFÍO.
Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos sobre lo que puede suceder después. No estropees mis planes, queriéndome imponer tus ideas. Déjame ser Dios y actuar en Libertad. Abandónate confiadamente en mí, reposa en mí y deja en mis manos tu futuro.
Dime frecuentemente, JESÚS EN VOS CONFÍO.
Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices: JESÚS EN VOS CONFÍO, ¿no será como el paciente que le pide al médico que lo cure, pero le sugiere el modo de hacerlo? Déjate llevar en mis brazos divinos, no tengas miedo. Yo te amo.
Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de la oración, sigue confiando. Cierra Los ojos del alma y confía. Continúa diciéndome a toda hora, JESÚS EN VOS CONFÍO.
Necesito las manos libres para poder obrar. No me ates con tus preocupaciones inútiles.
Satanás quiere eso, agitarte, angustiarte, quitarte la paz.
Confía sólo en mí, reposa en mí, abandónate en mí. Yo hago los milagros en la proporción al abandono y confianza que tienes en mí.
Así que no te preocupes, echa en mí todas tus angustias y duerme tranquilo. Dime siempre, JESÚS EN VOS CONFÍO, y verás grandes milagros.
Te lo prometo por mi amor.


domingo, 23 de junio de 2013

El Padre Nuestro



1. Padre Nuestro

Estas palabras describen la naturaleza y el carácter de Dios, y resumen la verdad del ser. En esta cláusula Jesús establece de una vez y para siempre que la relación entre Dios y el Hombre es la de Padre e Hijo. El hombre al ser hijo de Dios se hace partícipe de su naturaleza, "de tal padre, tal hijo". Y así como Dios es Espíritu Divino, también el hombre lo es, no importando las apariencias ilusorias de lo contrario.
Dios es un Padre misericordioso de la humanidad, eliminando la creencia de la vieja teología de un Dios vengativo y castigador.
Si meditamos en este hecho, comenzarían a perder significado y poder en nuestras vidas las enfermedades y todo lo aparentemente negativo, pues sus raíces se hallan en el temor. Si hacemos consciente estas verdades nuestra existencia se convertiría en una demostración de nuestra perfecta condición espiritual.
Al decir Padre Nuestro estamos revelando el hecho de la hermandad entre los hombres. Esto disipa la ilusión de que los hombres de una determinada raza, nación o color sean superiores a los demás.  Y al pronunciar esta oración no solo estamos orando por nosotros mismos sino por toda la humanidad, "somos en verdad, miembros de un solo cuerpo".

2. Que estás en los cielos

Jesús explica que la naturaleza de Dios es estar en los Cielos y la del hombre estar en la Tierra, porque Dios es causa y el hombre efecto o manifestación. Aquí la palabra "cielo" significa Presencia de Dios, y la palabra "tierra", quiere decir manifestación.
La función del hombre es expresar o manifestar a Dios, expresar quiere decir hacer salir, sacar la luz.

3. Santificado sea tu nombre

El nombre de una cosa representa su naturaleza esencial y su carácter. Jesús dice que la naturaleza de Dios es "santificada", cuyo origen etimológico significa "santo, "sano", "sanar". De esta manera la naturaleza de Dios se nos revela perfecta y eternamente buena.
Un efecto es siempre de la misma naturaleza que la causa que los produce, por lo tanto todo lo que proceda de Dios no puede ser menos santificado que El. Tu naturaleza es esencialmente buena, y tú eres creador del bien perfecto.

4. Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la Tierra como en el Cielo

El hombre como manifestación de Dios tiene un destino ilimitado. Su obra es expresar de forma consciente las ideas abstractas que Dios le proporciona. El hombre es en si una conciencia individualizada, creadora, "existen tantos universos como individuos, los que los conciben por el solo hecho de pensarlos”.
"Venga tu reino", es nuestra misión manifestar en los planos materiales las ideas de Dios. Si solo descubriéramos el plan que Él nos ha trazado individualmente y lo lleváramos a cabo todas las puertas se abrirían delante nuestro, todos los obstáculos se desvanecerían, y como consecuencia gozaríamos de felicidad, éxito, dinero y de todas las virtudes del Padre. Para ello tenemos que ponernos en armonía con la Voluntad Superior de Dios porque en su Voluntad está nuestra Paz.


5. El Pan Nuestro de cada día dánoslo hoy

Somos los hijos de un Padre que nos ama, y podemos esperar naturalmente de El todo lo que necesitamos, como de manera natural y espontánea los niños esperan recibir de sus padres. Es la Voluntad de Dios que nuestras vidas sean abundantes. Nuestros recursos financieros, con son mas que canales naturales por los cuales llega a nosotros lo que la Fuente Eterna provee. El número de canales es infinito, pero la fuente es una sola, Dios.
Por ello debemos poner nuestra mente más allá de los aparentes canales materiales, cambiando nuestra creencia limitada y poniendo nuestra conciencia en la única Fuente Infinita que es Dios. Así se irá disipando y desapareciendo la creencia limitada o de escasez. "Tal como lo has pensado, así será".

6. Y perdónanos nuestras ofensas, como nosotros también perdonamos a quienes nos ofenden

El pecado es la sensación de estar separado de Dios, y la causa de todos los sufrimientos, proviene de ese sentimiento de separación. Es la sensación de una existencia absolutamente personal, mientras que la verdad del Ser es que todo es Uno. El mal, el egoísmo y todos los sufrimientos provienen de la negación o el no reconocimiento de esta idea, puesto que lo que le haces a otro te lo estás haciendo a ti mismo. El fin del perdón, es el de hacer desaparecer la ilusión de la separación, con esto nos acercaremos a Dios y al prójimo, disipando todas las culpas que nos atan a un sufrimiento innecesario. El perdón es el escape de la limitación y la culpa.

7. Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal

En esta cláusula pedimos que se nos libere de todas las dificultades, recordando esta frase: "Ninguna plaga tocará tu morada, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".

Fuente: http://www.luisprada.com/protected/significado_del_padrenuestro.htm

jueves, 20 de junio de 2013

Carta de Dios para ti



"Déjalo todo y sígueme"


El Pecado

Los pecados son manchas en nuestras vidas, que buscan alejarnos de Dios. Es imposible vivir sin ellos desde nuestra condición humana, pero si aceptamos que somos pecadores y que sin la divina gracia de Dios lo seguiremos siendo, y si nosotros realmente reconocemos esto, nuestra percepción sobre ellos cambiara. Porque ya no los veremos solamente cómo piedras en nuestra vida que nos impiden caminar, sino como causas para encontrarse con Jesús. Luego de confesarnos y recibir el perdón de Jesús, él nos transformará de tal forma que podremos reconciliarnos y aceptarnos nosotros mismos y nuestro pasado también.

Todos nuestros defectos se convierten en virtudes en Cristo, porque cada defecto es una oportunidad más para encontrase con él, sólo debemos entregárselos a él.
“[..] Tus pecados te son perdonados […] Tu fe te ha salvado, vete en paz […]”. Lc 7, 48-49.

“Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados. Por eso demuestra mucho amor. Pero aquél a quien se le perdona poco, demuestra poco amor”. Lc 7, 47.


domingo, 19 de mayo de 2013

Oración


Oh Señor Jesús, tú eres el camino, la luz, la verdad y la vida, tú que eres el intercesor del Padre que quemo nuestros corazones con una marca imborrable de eterna unión con la santísima trinidad, y que nadie llega a él, sino es por ti, te pedimos que su santo espíritu descienda sobre nuestros corazones, hoy y por siempre, renovando la firmeza de nuestro espíritu y creando en nosotros un corazón puro, para ser portadores de cristo y junto a María, reina y madre nuestra, nos acompañe en el camino hacia ti. Por nuestro Señor  Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad el Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén

domingo, 5 de mayo de 2013

Bajo la Cruz



La cruz que cargaste en tu hombro Jesús, Señor nuestro, sobre la cual tú sangre derramaste y en la crucifixión te unieron con aquel madero. En esta escena podemos encontrar muchos signos de muerte como la traición, la soledad, el dolor y el odio que mostramos hacia ti. Ante todo esto, nos demostraste que la vida, a través de la resurrección se hizo presente y venció a la muerte, a todos esos signos que apagan la existencia.

No sólo en la cruz hay dolor y muerte ¿Es que no lo vemos? ¿Es que no lo comprendemos?
Dios bajo a lo más humilde y pobre de nuestra condición humana y se entregó por nosotros, es la obra más grande de amor, sólo hecha por amor.

¿Cuántas veces sentimos que una situación o  un momento de nuestras vidas está lleno de negatividad, de signos contrarios a la vida, que llevan a lo que sería la muerte, como no vida, aquello que carece de Jesús, de luz. Pero si ponemos nuestra confianza en Dios, desde el corazón, como lo hizo Jesús en su crucifixión, él nos empapará con su santo espíritu y encontraremos que en ese momento hay vida, y que de esa situación Dios nos mostrará la plenitud, porque no busquemos entre los muertos, al que está vivo, Jesús está más vivo que nosotros, él esta en la plenitud de la vida eterna. Guárdanos Señor para esa vida. Amén.