viernes, 8 de febrero de 2013

Carta de Pablo a los jóvenes

Mis muy queridos jóvenes:

Recibí noticias de que no los comprenden ni valoran cuando quieren compartir el evangelio con otros jóvenes. Sé que es muy doloroso, en especial en la etapa de la vida en que se encuentran, pues es una épica donde cuentan mucho las opiniones de los compañeros. 
A mi me paso lo mismo y fue muy doloroso; fui atacado, menospreciado y desacreditado. Pero encontré apoyo en mi fe y crecí mucho de esa experiencia. Ustedes pueden hacer lo mismo. 
Su misión y su capacidad de amar y compartir la Buena Nueva con otros jóvenes vienen de Dios y no de ustedes mismos. "Ustedes son una carta (de recomendación) escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo en el corazón" (2 Cor 3, 3). 
No se callen por vergüenza ni falsifiquen la palabra de Dios. Den siempre testimonio de Jesús, y si fallan, reconózcanlo con humildad, reconcíliensen y sigan adelante, "porque no nos anunciamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo, el Señor" (2 Cor 4, 5). 
Sean generosos con las personas necesitadas. "No se trata que, para alimentar a otros, ustedes pasen necesidad, sino de que la abundancia de ustedes remedie en ese momento la pobreza de ellos, para que un día la abundancia de ellos remedie la pobreza de ustedes" (2 Cor 8, 13-14). 
Les aseguro que Dios, quien los ha llamado a su gloria, los fortalecerá a lo largo de su vida. Nunca olviden esto. 
Estén alegres, anímense y vivan en armonía y la paz de Dios. 

       Pablo, embajador de Cristo humilde y con orgullo a la vez.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario